La mayoría de los hogares españoles tienen impresoras de
inyección de tinta. Cuando vamos a comprar una impresora, y como la mayoría no
la usa mucho, busca un dispositivo que sea lo más económico posible. Entonces
es donde aparecen las impresoras de inyección de tinta, que tienen los clásicos
cartuchos de tinta liquida. Estas impresoras siempre son las más baratas, y a
parte de su precio, prácticamente no tienen más ventajas.
Yo recomiendo encarecidamente la compra de una impresora láser, pues además últimamente han reducido sus precios enormemente. Mucha
gente piensa que las impresoras láser solo son rentables cuando se usan mucho;
pero eso es un mito. Estas impresoras tienen polvo en vez de tinta líquida
(dentro de sus cartuchos) y eso es una gran ventaja tanto si la usamos mucho
como si la usamos poco. Si la usamos poco, el polvo no se seca ni deteriora con
el tiempo y entonces siempre estará en perfecto estado cuando queramos usarla.
Las impresoras de tinta líquida, si las usamos mucho el cartucho se acaba rápido
(y valen un pastón) y si no las usamos, los cartucho se secan y deberemos
cambiarlos cada vez que queramos imprimir una hoja.
Yo me compré una Brother láser multifunción que me costó
unos 100 euros. El toner tiene una autonomía de unas 2000 páginas impresas
(solo en blanco y negro) y cuando se me acaba (que suele tardar muchísimo
tiempo) puedo comprar otro recargado por unos 20 euros. En resumidas cuentas,
todo un ahorro en cartuchos, pues antes cambiaba de cartucho más o menos cada
500 páginas y me solía costar unos 30 euros .
Conclusiones: las impresoras láser son más rentables
siempre, independientemente si las usamos poco o mucho. Pues aparte de su
inversión inicial (que es algo mayor) todo lo demás es más barato.